Varela Hermanos adelanta una cosecha que genera empleo y riqueza con aroma a seco y ron
La cosecha de 95,000 toneladas de caña de azúcar, sembradas en 1,500 hectáreas, es la meta establecida por Varela Hermanos, S.A., para la temporada de zafra 2022, lo que implica el pago de entre $1.5 millones y $2.5 millones a los trabajadores que participarán en ese proceso y garantizará la materia prima necesaria para garantizar la producción de Seco Herrerano, considerado la bebida nacional y Ron Abuelo, que en sus diversas presentaciones se exporta en la actualidad a unos 45 mercados internacionales.
Las primeras zafras nacionales se dan durante la primera década de la República de Panamá; en Pesé a partir del año 1908, con el inicio de operaciones del Ingenio San Isidro, primero del país.
Se trata de una actividad que todavía requiere de la contratación de un gran volumen de mano de obra, lo que beneficia mayormente a la población del distrito de Pesé, provincia de Herrera. De hecho, en promedio, con el inicio de la zafra, una de cada cuatro familias del área forma parte o está vinculada a este proceso, un total de 12% de la población de Pesé.
No obstante, si se toma en cuenta todo el proceso de producción de caña de azúcar y su industrialización, la economía del distrito de Pesé recibe, de manera directa, una inyección económica cercana a los $14 millones, lo que incluye producir la caña, comprar fertilizantes, contratación de mano de obra, alquiler de tierras, inversión en equipos o servicios generales que se contratan para darle mantenimiento a la destilería.
“Al final, todo lo que hacemos afuera del país para generar ingresos mediante la exportación de ron, en gran parte se queda en Panamá, se queda aquí, se queda en Pesé”, asegura José Javier Dopeso, vicepresidente de Operaciones de Varela Hermanos, en una entrevista exclusiva con Capital Financiero para profundizar precisamente sobre el impacto económico, social y ambiental de la producción y cosecha de caña de azúcar en esa región del país.
-¿Por qué la cosecha de caña de azúcar se inicia en el mes de enero?
– Porque la caña necesita aproximadamente 30 días sin haber recibido agua para poder concentrar sus azúcares y en ese momento, es el momento apropiado para molerla y poder lograr en ese jugo la mayor cantidad de concentración de azúcar, por eso empieza en enero y termina en abril, cuando ya empiezan las lluvias.
“Cada día se cortan unas 15 hectáreas de caña de azúcar; el corte debe ser oblicuo en la parte inferior, para permitir el rebrote y garantizar la calidad de la caña para el siguiente año. Durante el proceso de corte, se eliminan las hojas, conocidas como el “cogollo”, que luego serán junto al “bagazo” el combustible para las calderas de vapor necesarias para los procesos que siguen a continuación.
“Una vez cortada la caña inicia el proceso de molienda; la caña es triturada en un moderno molino con capacidad para procesar un volumen de 950 a 1000 toneladas de caña cada día, que producen aproximadamente 760,000 litros de jugo de caña diarios. Luego se procede con la fermentación del jugo de caña, de donde posteriormente se obtiene el vino, que es destilado para la producción de ron fresco (aguardiente de ron) y el alcohol extra neutro en la Destilería Don José”.
-¿Qué cantidad de caña esperan cosechar este año 2022?
-Sobre la cantidad, por un tema de seguridad sobre nuestra materia prima, tomamos la decisión en el año 2013 de incrementar nuestra tierra en caña y pasamos de 500 a 1,500 hectáreas que es lo que tenemos hoy, y eso nos ha llevado a que anualmente cosechemos aproximadamente 95,000 toneladas de caña en 1,500 hectáreas, que tenemos nosotros en la compañía.
“Podemos decir también que la mayoría de estas tierras es propia, hay una cantidad aproximada de 30% de esas tierras que hoy alquilamos a terceros, pero en principio podemos decir que 70% de las 1,500 hectáreas son nuestras y el 30% se alquila a terceros.
-¿Qué cantidad de trabajadores se requiere para cosechar ese volumen de caña?
–Nosotros tenemos cerca de 650 personas vinculadas a esta operación, de los cuales 300 colaboradores se contratan de manera temporal, para la actividad específica de la cosecha de la caña de azúcar, y el resto, que son 350 son colaboradores permanentes, se mantienen trabajando en la empresa durante el resto del año en otras actividades, porque con la zafra inicia el período de producción anual de alcoholes y rones, que luego se extiende hasta los meses de julio y agosto con la destilación de melaza y esas personas siguen estando vinculadas a nosotros.
“De hecho, nosotros no solo nos procuramos por contratar mano de obra local del distrito de Pesé, sino que conseguimos trabajadores dentro de la provincia de Herrera. Se trata de personas que son contratadas cumpliendo con todas las condiciones que exige la Ley laboral: Pago de seguro social, seguro de vida y seguro de salud en algunos casos. Además, tratamos que ese trabajo sea remunerado de una manera justa y que, al mismo tiempo, sean trabajos dignos. Por ejemplo, la jornada de trabajo de los cortadores va de 5:00 a 10:30 de la mañana, justamente evitando que estén expuestos a altas temperaturas o incidencia de radiación solar alta, les brindamos equipo de seguridad, protector solar e hidratación permanente, con bebidas que son desarrolladas tomando en cuenta su opinión, para garantizar que las condiciones laborales y el impacto económico sean las mejores.
-¿Cuándo hablamos de impacto económico a qué hacemos referencia exactamente? ¿Cuántos recursos se mueven en la zafra?
-Eso representan entre $1.5 millones y $2 millones entre todo lo que tiene que ver con prestaciones laborales que le pagamos a los cortadores temporales durante la época de zafra. Nosotros generamos cerca de $1.5 millones durante la época de zafra y luego a $3.3 millones con toda la operación de destilación de melaza.
“A nivel de nuestra actividad económica industrial en Pesé se aportan, de manera directa a la economía, cerca de $14 millones, esto incluye producir la caña, comprar de fertilizantes, contratar mano de obra, alquiler de tierras, inversión en equipos o servicios generales que se contratan para darle mantenimiento a la destilería.
-¿Cuánto se puede producir Varela Hermanos en una cosecha?
-Los rendimientos son cerca de entre 52 y 55 litros de alcohol por cada tonelada de caña molida, eso significa que con aproximadamente 95,000 toneladas de caña se puede producir cerca de 5 millones de litro de alcohol, 4.8 millones o 4.9 millones, podemos redondearlo en 5 millones de litros, luego junto a la melaza hacemos cerca de 10 millones de litros de alcohol y ron al año.
“Por ejemplo, en el caso de Seco Herrerano es un producto que se hace 100% a partir de los jugos de la caña de azúcar y esa es una de las razones principales porque nosotros nos hemos mantenido conectado con esa actividad, porque hay un tema relevante en garantizar la calidad de los productos, garantizar una fuente de aprovisionamiento de materias primas sostenible en el tiempo, pero nosotros podemos hacer alcohol, tanto con caña como con melaza.
“Del Seco Herrerano, producimos cerca de 400,000 cajas al año y consume cerca 2.5 millones de litros de alcohol de caña, es decir, el 50% de la producción total de esta 95,000 toneladas va destinada a la producción del Seco Herrerano, el 50% restante que nos sobran 2.5 a otras operaciones, pero siempre hemos querido, en el caso de Seco Herrerano y de Ron Abuelo, nuestra marcas principales, tener la capacidad de producir el doble de nuestra demanda con el objetivo de estar preparado para abastecer la producción tomando en cuenta el crecimiento de la demanda.
“Por ejemplo, en el caso de Ron Abuelo, hemos pasado de vender en el año 2000 muy pocas cajas a estar en más de 45 países, vendiendo entre 350,000 y 400,000 cajas por año, que son el mismo número de cajas de Seco Herrerano que aproximadamente vendemos en Panamá anualmente. Hablamos de exportaciones valoradas entre $20 millones y $25 millones”.
-Se requiere mucha energía para procesar 95,000 toneladas de caña. ¿Cuál es la fuente para generarla? ¿hablamos de energía renovable?
-Hace unos 15 años atrás, Varela Hermanos tomó la decisión de no quemar su caña, que es una decisión recurrente porque queríamos convertir la biomasa que está en el cogollo, que es la hoja que queda después de cortar la caña en el campo y el bagazo, que es el residuo que queda después de moler la caña para extraer el jugo, ambas, biomasas, cogollo y bagazo, se utilizan como combustible para nuestra calderas, que son las fuentes de energía que calienta nuestro sistema de destilación para lograr convertir el alcohol, evaporarlo, condensarlo y con eso lograr obtener alcohol.
“Una paca de cogollo que recogemos de nuestro campo equivale a 0.75 galones de bunker, nosotros anualmente producimos 270,000 pacas de cogollo, lo que representa una disminución de compra de bunker para este proceso de 145,000 galones de bunker, y en el caso del bagazo que tiene una paca de 160 libras, una paca de 260 libras de bagazo, equivale a 5.8 galones de bunker, y nosotros producimos cerca de 53,000 pacas de bagazo. En resumen, estamos dejando de consumir cerca de 450,000 a 500,000 galones de bunker.
“Estamos trabajando en otros proyectos alternativos para obtener más biomasa, como el uso de cáscara de arroz. Nuestro camino es más biomasa para sustituir el uso de combustibles fósiles y ser más amigable con el ambiente y ,por otro lado, hace cuatro años empezamos a trabajar con cerca de 70 u 80 hectáreas de gmelina y acacias, que es un árbol de rápido crecimiento, que en un período de tres años, después que siembras se tiene un volumen importante de madera sostenible para compensar el déficit de biomasa que tenemos porque durante la época de zafra trabajamos con caña, que tiene consigo bagazo y cogollo, con lo cual la producción de alcohol de azúcar es 100% autosuficiente energéticamente, nos queda un excedente de biomasa de la caña para la destilación de rones y el uso de la melaza, pero tenemos un déficit que hay que compensarlo con bunker. Estamos buscando que la gmelina y las acacias, además de cáscara de arroz para que en un futuro sean esa fuente de combustible alterna para lograr ser 100% autosuficiente.
“Nosotros estamos trabajando bajo ese paragua de más biomasa para instalar un turbogenerador y ser autosuficiente energéticamente porque los molinos y parte de los equipos industriales que tenemos son eléctricos y , por el otro lado, estamos consumiendo energía renovable con el acuerdo de gran cliente que tenemos con AES Panamá, pero queremos empezar a producir nuestra propia energía eléctrica a partir de la biomasa con un turbogenerador, para eso estamos trabajando, primero en garantizar esa fuente de energía que va hacer en biomasa a partir de melina y acacia con madera renovable y cáscara de arroz que podrían ser una fuente adicional de combustible para la caldera.
-¿Esta es la única actividad que mantiene Verla Hermanos en el sector agroindustrial?
-No. Previendo una crisis alimentaria en el país tomamos la decisión de implementar un plan piloto para sembrar 230 hectáreas de arroz e incursionar por primera vez en este importante rubro, que es el producto de mayor consumo per cápita en la República de Panamá. De hecho, es el mayor cultivo de extensión de tierras en Panamá, ya que en el país se siembran anualmente unas 100,000 hectáreas de arroz, 60,000 hectáreas de maíz y 35,000 hectáreas de caña de azúcar.
“Cuando vemos la caña, al menos el 85% de tierra va destinada a la producción de azúcar, que es un producto cuya demanda y su consumo se ha reducido de manera importante, por temas de salud y a la adopción de normas impositivas que penalizan los productos con altos contenidos de azúcar.
“Incursionamos en este primer proyecto de sembrar 230,000 hectáreas de arroz, obtuvimos 30,000 quintales de arroz. Cuándo se ve todo el impacto que se consiguió con esta iniciativa: Contratación personal, compra de semillas y alquiler de equipos alquilados aportamos a la economía cerca de $500,000 en tres meses.
“Además, Herrera aportaba solamente 1,500 hectáreas a la producción de arroz a nivel nacional y nuestro plan piloto, de 230 hectáreas, llevó a un crecimiento de cerca de 30% en esa provincia”.
-¿Tienen planes para ampliar la siembra tomando en cuenta el impacto del conflicto de Rusia y Ucrania en la disponibilidad y el precio de cereales a nivel global?
-Cuándo pasan situaciones como la Ucrania y Rusia, te das cuenta de cómo ha terminado la globalización, al final si la globalización no tiene la capacidad de reducir el precio de compra al consumidor final, no estamos haciendo mucho por sacar lo mejor de las oportunidades que ella nos ofrece.
“Creo que ésta situación particular, la guerra entre Ucrania y Rusia, nos lleva a plantear muchas cosas y poner sobre la palestra cuál es nuestra política de seguridad alimentaria, hoy día también nos lleva a decir que la globalización es la capacidad de un país de ser más productivo y eficiente un producto para hacerlo más competitivo y reducir los precios al consumidor. La clave aquí es la competitividad de tus productos
“Ahora, la guerra lo complica todo. Traer un contenedor de Europa, que antes se conseguían con bastante facilidad, pues en 30 días tenías una reserva, ahora te toma tres o cuatro meses para conseguir una reserva y el costo de traer ese contenedor de 20 o 40 pies de Europa a acá, que costaba $1,500, hoy se cotiza entre $ 13,000 y $14,000. Eso significa que si esa competitividad que tenía por producir un producto rentable de una manera eficiente se la come el costo logístico de traerlo. Definitivamente, yo creo que estamos ante un escenario que nos motiva y debe de ser punto de partida para tener este tipo de discusiones y tomar decisiones.
“Creo que Panamá tiene que convertirse en un país autosuficiente en productos de mayor impacto en consumo como arroz y maíz. Panamá todavía no es autosuficiente con arroz y a veces no se fomentaba la industria o la producción local porque los precios de afuera podrían terminar siendo más económicos que los precios del arroz producido en Panamá, pero con la nueva realidad, las proyecciones y las conversaciones con diferentes autoridades y asociaciones de arroceros nos estamos dando cuenta que, definitivamente, ese es el camino que tenemos que seguir, incentivar la producción nacional.
“Por cierto, tomando en cuenta las actuales condiciones, se puede prever que los precios en Panamá van a terminar 30% a 40% por debajo de los precios en que se puede comprar arroz en los mercados internacionales”.
“Por ello, pretendemos seguir el plan piloto con que arrancamos, nuestra intención es continuar, hay temas que tenemos que guardar por confidencialidad, pero nuestros planes es poder llegar a eso y parte de lo que buscamos es una sinergia con nuestro negocio principal en materia de distribución, molino y marca comercial, porque habiendo construido marcas interesante y muy reconocida como Ron Abuelo y Seco Herrerano, pensamos que todo lo que tiene que ver con alimentos y este producto en particular, el arroz, tenemos la capacidad de construir una marca de mucho prestigio y, al mismo tiempo, lograr con ella un mayor crecimiento, esa es nuestra apuesta y en Varela Hermanos vamos a seguir apostando por el desarrollo de nuestra tierra”.
Hitler Cigarruista
hcigarruista@capital.com.pa
Capital Financiero
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